in the place where it was found
in the pocket of a jacket
on a train in town.
Atención, entra la reina del bar. Literalmente. Aunque no es muy difícil, este rincón está siempre casi vacío. Rápido, si no no la veréis. No es que no sea resultona ni llame la atención, es que, como superheroína, no quiere hacerlo.
¡Ahora! Ahí está. Sí, sí, es la bajita de la melena corta color ébano. ¿No le veis nada de especial? Esperad a que comience a acercarse, que solo está en la puerta. No sé si son sus andares o sus ojos grandes y color avellana, pero la verdad es que poco importa. No es una chica de película. No da miedo tampoco. Miradla, tan delicada que parece una muñequita. ¿Pero veis la forma en la que clava el tacón en el parqué del suelo?
Ya, sueno como un vulgar enamorado...
Nada más alejado de lo contrario, aunque he de decir también en mi defensa que tampoco soy lo que se dice un prototipo de tipo duro de novela. Pero me da igual. Ya nada importa, ¿verdad?
Volviendo a ella, un último apunte. Por si se acerca a vosotros a arrancaros el corazón.
Aunque yo no lo quiera, un día me dijo que era mía. Todavía pienso en que pasaba por su mente y en si lo dijo para ver mi mueca de estupefacción o para helarme de verdad los huesos.
Ah, y que no bebe bourbon. Ni vodka ni ginebra. Tampoco es de licores ni de ron. Ella es más de zumo de limón con azucar, así, con clase.
Por cierto, no es ni el monstruo ni la villana, ni la heroína ni la bella durmiente. Más bien es el fantasma.
¿Os atrevéis a saludarle? Deprisa, que se va por la puerta grande. No olvidéis, ella es la reina del baile.
Me gustó
ResponderEliminarFeliz año
He encontrado tu blog por Twitter y creo que es una de las mejores cosas que he hecho este mes. (Leerte, quiero decir).
ResponderEliminarMe quedo por aquí. Aunque, si ves que no hay muchos comentarios míos este mes... Bueno, las vacaciones, que se me tragan.
Ah, ¿el texto? Muy grande. Me ha molado mucho.