{ Dicen que cada molécula de nuestro cuerpo perteneció alguna vez a una estrella. Quizá no me esté yendo. Quizá este volviendo a casa. }

Gattaca.

Aunque esta vez si no respiro es por no ahogarme



27.3.11

Aunque no lo creas, un dibujante de comics y una heroína en paro no es tan buen equipo.

Richard removía su café desinteresadamente, mientras contemplaba como Cayenne acababa con su tarta de nata y fresas coquetamente decorada por un sinfin de elementos altamente azucarados.
Ésta, por su parte, ni se molestó en alzar la mirada. Por suerte, se encontraban prácticamente solos en la cafetería, así que no se sentía incómoda.
-Entonces... ¿qué te parece este trabajo? -preguntó la joven con la boca tan manchada de sirope que le daba un aire a vampiro descarado.
-¿Hace falta que te conteste? -murmuró Richard con aburrimiento- Ya le dije a Noah que esto era una pérdida de tiempo, que no servimos para nada.
Cayenne se limpió los labios, pero unas motas de glaseado todavía seguían en su barbilla. El castaño resopló, arrancándole la servilleta de las manos y limpiándole correctamente. Ella se dijo que tenía que recordad los repentinos ataques de excentricidad de Richard, pero le costó no abalanzarse sobre él y limitarse a seguir con el pedazo de pastel.
-Sabes que solo somos sus marionetas, ¿no? Personajes de su historia. Quiero decir, que no eres más que otro de sus inventos defectuosos, ¿verdad?
-Muchas gracias por recordármelo- gruñó el joven.
-De nada, cariño.
Ahora era él el que quería estraungular a Cayenne. ¿Por qué ella tenía que ganar siempre? No sabía como lo hacía, pero las palabras de esa tía dura de pelar le sacaban de sus casillas.
-Hombre, al menos sabemos que nunca nos enamoraremos-siguió ella.
-Cierto. Los personajes de Noah nunca se enamoran -alzó la vista, para cruzarla con la chispeante mirada de Cayenne, que relamía el tenedor silenciosamente, con aquella mueca de fingida pero convincente superioridad que adoptaba siempre que quería que le estallase el sistema nervioso.
-¿Y sabes por qué? -preguntó, divertida.
-Porque Noah no cree en el amor. -recitaron a la vez. Cayenne se levantó, cogió su bolso y se puso la chaqueta.
-Hombre, ¡si al final no vamos a hacer tan mal equipo!-dijo la rubia, lanzándole un beso al chico y saliendo por la puerta del local.
En ese momento, Richard recordó otras de las razones por las que tanto la odiaba.

 Y es que Cayenne jamás lleva dinero encima, pero sí un bolsillo cargado de cartas y una maleta repleta de malos recuerdos.

3 comentarios:

  1. ¡Wow! Tienes un blog increíble, te sigo, es inevitable :D
    ¡¡¡Besos!!! :)

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  2. ¡Una heroína en paro con nombre de capital de la Guayana francesa! Fuck yeah! Nah, sorry por la incisión (xD)
    Era para dejar caer un comentario, porque hace tiempo que no lo hago T.T

    Bueno, pó eso, ya te he dicho lo bien que escribes y ya te he dicho que no lo digo por decir, así que volver a hacerlo sería repetirse, "que ya tú sábeh" lo bien que escribes ^^

    Saludos de un admirador,
    Yondy.

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