Violeta miraba como se acercaba Mapas por el camino viejo. Hasta podía distinguir las gotas de lluvia sobre su rostro que le hacían parecer cubierto de diamantes. Ella no pudo reprimir una sonora risotada. Cubierto de sangre y con piel brillante, quien lo viese...
Ni se molestó en abrirle la puerta, ni en correr a socorrerle, ni en desmayarse por sus heridas, ni siquiera en mirarle.
Siguió riendo, llenando de forma enfermiza el silencio que rodeaba la casa, metiéndoseles entre las costillas, rompiéndoles la voz. Si hasta parecía un poema mal escrito y todo, una comedia romántica y pasada de moda, un cuento de pesadillas de mentira.
Rió más fuerte al escuchar en su mente sus propias listas de incoherencias, quebrándose sola delante de la ventana, dándole la última pincelada a aquella escena surrealista sin sentido.
Y entonces, como un reloj poniéndose en hora, todo volvió hacia atrás.
Huída. Búnker. Hambre. Desesperación. Caza. Comida. Sangre. Herida. Locura.
¿Qué le hiciste, Mapas? ¿No te podrías haber quedado en casa cuidando de ella?
¿Qué le hiciste, Mapas? Mantenerla a salvo no era una opción, era un suicidio.
(Ignorad todo esta retahíla sin pies ni cabeza, una locura parte de un proyecto, sin contexto no tiene sentido)
Me encantó *_____* te espera un premio en mi blog^^
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